El reciente aniego que ha afectado a muchas familias en el populoso distrito de San Juan de Lurigancho en Lima ha revelado las necesidades de una mejor gestión de emergencias en el tema del agua. El 13 de enero del presente año, se produjo el colapso de tuberías de aguas residuales mientras se realizaban trabajos de reparación de tuberías matrices, que como consecuencia afectó viviendas desde la cuadra 10 a la 14 de la Av. Próceres de la Independencia.
Muchos vecinos vieron como el agua llegaba hasta sus puertas y entraba a sus viviendas, se cortó el servicio de agua potable, y la respuesta de suministro de agua utilizando camiones cisterna fue muy poca en los primeros días. Se pudieron instalar 65 reservorios y centros de servicio a disposición de los vecinos. Sin embargo, el más cercano a la zona afectada se ubicaba a 12 minutos a pie.
Según el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) hasta el 27 de Enero hubieron 284 viviendas afectadas, 2 colegios, 22 locales comerciales y 1549 personas afectadas. Ellos instalaron 17 tanques flexibles de agua de 2000 litros de capacidad en 10 puntos estratégicos para abastecer de agua a los afectados, siendo el agua suministrada por Sedapal y distribuida por la Municipalidad de San Juan de Lurigancho.
Este tipo de contenedores flexibles para agua potable permitieron ampliar fácilmente los puntos de suministros y hacer que el agua sea fácilmente distribuida a los vecinos, su instalación solo implicó a una o dos personas y en pocos minutos el tanque estaba listo para recibir el líquido. Éstos elementos muy usados en diversas industrias aún no están tan presentes en sistema de emergencias en el Perú, sin embargo su practicidad y uso comprobado por agencias de desarrollo y ayuda humanitaria en el Mundo hacen importante tomarlos en cuenta como primeros elementos a llevar ante inundaciones, aniegos, terremotos, tsunamis y todo aquel evento que implique el instalar un sistema de almacenamiento de agua en corto tiempo y con el mínimo costo.